Dedos sordos.
No se me ocurre como empezar este post. Hace rato que le doy vueltas, y me parece estúpido pensar tanto tiempo en algo. ¿Para qué? Si sólo busco contar.
Ay, quiero quemar este tabú, esta superchería de a donde van los deseos cuando se rompe el silencio.
Hay un cuco que amenaza: si lo dices, me los llevo a la gruta de los deseos irrealizables.
Es el primo del cuco de la felicidad: no es verdad, no es verdad; la felicidad no existe.
Ambos tienen una tía, la bruja de la profecía: yo te lo advertí.
Ellos zumban sobre mis hombros, se acuestan a dormir mentira, no duermen- al abrigo de la oscuridad de mis tímpanos; pero no tienen poder alguno sobre mis dedos.
Al menos una parte de mi cuerpo no les cree. Tal vez los dedos sean sordos. ¿Alguien sabe?
Ahora que escribo estas líneas recuerdo y no se por qué- los versos de Cavafy:
Lestrigones, cíclopes, incontrolable Poseidón,
no los encontrarás en tu camino
a no ser que tú mismo los traigas dentro de ti.
Si acaso sea cierto, si acaso han estado viajando conmigo y me temo que sí- acabo de aplastar a una hormiga con un pesado cenicero. Mi escritorio no es hábitat para una hormiga. Mi espíritu no puede ser hábitat de cíclopes o lestrigones. Fue un asesinato simbólico.
Voy a pronunciar la frase de mi arribo a Itaca:
Un llamado a tiempo lo cambia casi- todo.
Sí.
Faltando diez minutos para irme de Buenos Aires, con el remis esperando en la puerta, y yo aún con una toalla sobre el cuerpo; sonó el teléfono. La lógica dictaba que dejara el asunto en manos del contestador cuando estoy atrasada me pongo terrible-, pero atendí.
Una voz masculina me daba una noticia largamente esperada. Lo hubiera invitado con champagne, pero no era momento nos lo prometimos para más adelante-.
Salí de casa con el pelo mojado, arrastrando bolsos y abrochando mi camisa en el ascensor rompiendo viejos records- vivo en un segundo piso.
Cuando las luces se apagaron, y los viajeros comenzaron a reclinar sus butacas para dormir; yo pensaba.
En realidad no estaba pensando.
Estaba recibiendo soluciones.
De pronto comprendí que todas o casi todas- estaban allí, desplazando problemas, soledades, imposibilidades, distancias, frutraciones, pérdidas.
Sé que puede sonar a euforia, pero la euforia y la paz están divorciadas por incompatibilidad de caracteres.
Es paz, definitivamente paz.
Y así ando, deteniéndome en postas fenicias, sin apresurar mi viaje, es mejor si dura muchos años, enriquecida por lo que aprendí en el camino, y si muy pobre la encuentro, mi Itaca no me habrá engañado.
*Itaka, de Constantine Cavafys; sin su licencia pero con un guiño cómplice.
@ something- george harrison
Ay, quiero quemar este tabú, esta superchería de a donde van los deseos cuando se rompe el silencio.
Hay un cuco que amenaza: si lo dices, me los llevo a la gruta de los deseos irrealizables.
Es el primo del cuco de la felicidad: no es verdad, no es verdad; la felicidad no existe.
Ambos tienen una tía, la bruja de la profecía: yo te lo advertí.
Ellos zumban sobre mis hombros, se acuestan a dormir mentira, no duermen- al abrigo de la oscuridad de mis tímpanos; pero no tienen poder alguno sobre mis dedos.
Al menos una parte de mi cuerpo no les cree. Tal vez los dedos sean sordos. ¿Alguien sabe?
Ahora que escribo estas líneas recuerdo y no se por qué- los versos de Cavafy:
Lestrigones, cíclopes, incontrolable Poseidón,
no los encontrarás en tu camino
a no ser que tú mismo los traigas dentro de ti.
Si acaso sea cierto, si acaso han estado viajando conmigo y me temo que sí- acabo de aplastar a una hormiga con un pesado cenicero. Mi escritorio no es hábitat para una hormiga. Mi espíritu no puede ser hábitat de cíclopes o lestrigones. Fue un asesinato simbólico.
Voy a pronunciar la frase de mi arribo a Itaca:
Un llamado a tiempo lo cambia casi- todo.
Sí.
Faltando diez minutos para irme de Buenos Aires, con el remis esperando en la puerta, y yo aún con una toalla sobre el cuerpo; sonó el teléfono. La lógica dictaba que dejara el asunto en manos del contestador cuando estoy atrasada me pongo terrible-, pero atendí.
Una voz masculina me daba una noticia largamente esperada. Lo hubiera invitado con champagne, pero no era momento nos lo prometimos para más adelante-.
Salí de casa con el pelo mojado, arrastrando bolsos y abrochando mi camisa en el ascensor rompiendo viejos records- vivo en un segundo piso.
Cuando las luces se apagaron, y los viajeros comenzaron a reclinar sus butacas para dormir; yo pensaba.
En realidad no estaba pensando.
Estaba recibiendo soluciones.
De pronto comprendí que todas o casi todas- estaban allí, desplazando problemas, soledades, imposibilidades, distancias, frutraciones, pérdidas.
Sé que puede sonar a euforia, pero la euforia y la paz están divorciadas por incompatibilidad de caracteres.
Es paz, definitivamente paz.
Y así ando, deteniéndome en postas fenicias, sin apresurar mi viaje, es mejor si dura muchos años, enriquecida por lo que aprendí en el camino, y si muy pobre la encuentro, mi Itaca no me habrá engañado.
*Itaka, de Constantine Cavafys; sin su licencia pero con un guiño cómplice.
@ something- george harrison
17 comentarios
Mon *en merlo* -
besos linda.
Odalys -
Mon *en el puto cyber y con un ratòn al borde de la muerte* -
el jueves estoy en buenos aires, y algunas cosas volverán a mi normalidad.... besotes y los quiero.... y ahora no consigo llegar al botoncito de "enviar" diosssssssssssssssssssssssssssssssssssssss
nemomemini *también en su casa y con sueño* -
Muchos besos, tesolo mío.
Magda -
Besos!!
GreGori *en su casa* :-P -
Me encanta cómo te obligas a distraerte mientras escribes, para despistar a los que te leen, sobre tu verdadero mensaje, o mejor dicho, sobre tu verdadero pensamiento.
Creo que simplemente a veces es difícil aprehender la exactitud de un pensa/sentimiento, y mucho más definirlo.
Así que, ¡buen método! ¡Porque los posts te quedan de muerte! :-) Besitos y feliz estancia (y no me refiero a en el ciber :-P)
Mon *en merlo* -
lo bueno, si breve, dos veces bueno ;))
muralla:
mhmmm no, creo que la euforia es intensa, sí, pero dura poquito... o sería extenuante.
la paz es paz.
lo que dure, bueno; nadie sabe.
besitos nena.
brisita: sí linda, me parece conocer bien tus deditos bailarines.
mis dedos se están volviendo sordos a los cucos.
por lo demás, gesticulo mucho cuando hablo... no puedo tener las manos quietas, siempre digo más que con palabras.
bart, hola tesolo.
te recordé cuando escribí, bah, destrocé a cavafys... la traducción del poema -que te leí a vos- no la encontré nunca más... ¿era tuya?
turi, alteza, ese saludo es una puteada o que?
besosssssssss
magda, hola y chapó por tu blog -te lo mereces-
gracias por decírmelo, me interesa saber qué cosas le pasa a una persona cuando me lee.
ahá, eso quise decir cuando hablaba de sordera, una sordera selectiva, como apuntaba brisa.
besitos para vos :)
Magda -
Respecto a tu pregunta creo que no, los dedos no son sordos. Si una parte de tu cuerpo no les cree considero que es por tu inteligencia, ella siempre puede más.
Muchos besitos.
Turandot -
Ma' assalamah, diosa
nemomemini -
Besos y otro guiño cómplice también de mi parte.
Brisa -
muralla -
Yo sí. Besos. Muralla
Manel -
mon *podrida de poner que está en el cyber* -
gracias a vos.
hombre de las metáforas frescas, qué lindos saldrán nuestros niñitos.
fdo: las chicas malas van a todas partes y los chicos también.
Mon *en el cyber con floyd* -
te leí doble: leí lo que pusiste, pero también leí "sal de la vida", en el sentido de salirse de ella.
no te preocupes, es hora de la pastilla verde fluo.
XOXO
besos besos.
EB -
Manel -