Blogia
VOLVERSE HUMANO

La vida no fabula porque no moraleja. (Parte II)

La vida no  fabula porque no moraleja. (Parte II) Con el permiso de Gabriela transcribo su mail, y un fragmento que envía de “Los Árboles Mueren de Pie”, a propósito del post “La vida no fabula porque no moraleja”.

Hace un par de días leía a don Alejandro Casona y su Sirena Varada. De nuevo sentí cierta identificación con sus personajes (ah, no, no me creo sirena, ni canto bien, ni soy un pescado). En realidad, había un aire o ambiente de fantasía entre su mundo y el mío. Miento: y ciertos fragmentos de mundo del gran, gran mi mundo que no se alcanza a ver. Después, leyendo a algunos críticos (hago eso, confieso, desplumo pájaros) encontré un modo de designar su teatro: evasionista. Está bien, yo te largo evasionista y habría que contextualizar. Pero no tengo ganas, voy a hacer caso de mi problema de focalización. Digo solamente evasionista o ilusionista. Circo cirquera. Payaso con lagrimón. Equilibrista.

Quería dejar este fragmento de “Los Árboles Mueren de Pie” en Volverse Humano, (…) como decirte: se oye tu pájaro
*

* Se oye tu pájaro: que se te ve el alma o el dibujo del alma. O como diría un fulano: tenés duende.

(...)
ISABEL.- No te reconozco. Oyéndote hablar el primer día parecías un domador de milagros, con una magia nueva en las manos. No había una sola cosa fea que tú no pudieras embellecer; ni triste realidad que tú no fueras capaz de burlar con un juego de imaginación. Por eso te seguí a ojos cerrados. Y ahora llega a tu puerta una verdad, que ni siquiera tiene la disculpa de su grandeza... ¡y ahí estas frente a ella, atado de pies y manos!
MAURICIO. -¿Qué puedo hacer? Al descubrir el juego hemos puesto todas las cartas en su mano. Ahora ya no necesita pedir; puede jugar tranquilamente al chantaje. No hay nada que esperar, Isabel. Nada.
ISABEL. Aún puedes hacer un bien en esta casa; el último. Confiésale tú mismo (...)
MAURICIO.- ¿Qué ganaríamos con eso?
ISABEL. - Es como quitar una venda. Tú puedes hacerlo poco a poco, con el alma en los dedos. No esperes a que él se la arranque de un tirón.
MAURICIO.- No puedo, no tendría el valor. No quiero ver una herida que yo mismo he contribuido a abrir y que no soy capaz de curar ¡Vayámonos de aquí cuanto antes!
ISABEL.- ¿A tu casa cómoda y tranquila? ¿A divertirnos fabricando sueños que tienen este despertar? No, Mauricio; vuelve tú solo.
MAURICIO.- ¡No habrás pensado quedarte aquí!
ISABEL.- Ojalá pudiera. Pero tampoco quiero salir de esta vida inventada para volver a otra tan falsa como esta.
MAURICIO.- ¿A donde entonces? ¿Piensas volver a tu vida de antes?
ISABEL.- Parece increíble, ¿verdad? Y sin embargo ésa es la gran lección que he aprendido aquí. Mi cuarto era estrecho y pobre, pero no hacia falta más: era mi talla. En el invierno entraba el frío por los cristales, pero era un frío limpio, ceñido a mí como un vestido de casa. Tampoco había rosas en la ventana. Pero todo a medida, y todo mío: mi pobreza, mi frío, mis geranios.
MAURICIO.- ¿Y es a aquella miseria a donde quieres volver? No lo harás.
ISABEL.- ¿Quién va a impedírmelo?
MAURICIO.- Yo.
ISABEL.- ¿Tu? Escucha, ahora ya no hay maestro ni discípula; vamos a hablarnos por primera vez de igual a igual, y voy a contarte mi historia como si no fuera mía para que la veas mas clara. Un día la muchacha sola fue sacada de su mundo y llevada a otro maravilloso. Todo lo que no había tenido nunca se le dio allí de repente: una familia, una casa con árboles, un amor de recién casada. Solo se trataba, naturalmente, de representar una farsa, pero ella "no sabia medir" y se entregó demasiado. Lo que debía ser un escenario se convirtió en su casa verdadera. Cuando decía "abuela" no era una palabra recitada, era un grito que le venia de dentro y desde lejos. Hasta cuando el falso marido la besaba le temblaban las gracias en el pulso. Siete días duró el sueño, y aquí tienes el resultado: ahora ya se que mi soledad va a ser mas difícil, y mis geranios mas pobres y mi frío mas frío. Pero son mi única verdad, y no quiero volver a soñar nunca por no tener que despertar otra vez. Perdóname si te parezco injusta.
(...)

Mil gracias Gabriela, de parte del pájaro de Isabel. O del duende de Mon.

14 comentarios

Odalys -

Algo he escuchado sobre el número y se refieren a cambios necesarios. No sé si a las mujeres no debiera tocarnos algún Mauricio, pero alguna vez, incluso sabiéndolo, representamos el papel de Isabel. Como sea creo que lo mejor es asumir el despertar cuando hemos tenido que cambiar el sueño y se empieza a tornar en pesadilla.
Es peor ir remendando las ilusiones.
Y al final, pasa, a veces tarda un poco, demasiado tal vez. Alguien que conocí me mostró una forma diferente de verlo, no se trata de olvidar, negar, cerrar puertas; sino de digerir la historia, poco a poco, hasta que ya no duela.
Mon, ya no lo espero y me sienta mejor; que la vida me vuelva a sorprender, ella sabe :)
Besos y en especial a Brisa, para que te mejores :)

Mon -

bris!!!
sí, te noto un poco afónica de palabras... pero todos pasamos por esa clase de afonía,
y no es necesario que dejes un comentario.
basta con besos y saber que estás
besos míos, linda.

Mon -

hola odalys:
claro que sí, cuando tenés que andar fingiendo, no importa donde estés, lo cálido no llega, o no alcanza.
la belleza tampoco.
al final uno se vuelve triste, porque nos añoramos.
nadie finge estando a solas.
todos nos metemos el dedo en la nariz alguna vez.
-hay gente, como rusinho, que hace cosas asquerosas-
:PPP

el siete es uno de los números de la kabala.
la teoría la conozco pero no me pidas que la cuente por aquí!

alguien tocará a tu puerta, tarde o temprano...

Brisa -

Hola Mon! Yo solo quiero dejarte un beso :) Voy leyendote... aunque este un poco afónica de palabras :)

Odalys -

Lo he leído ya tres veces y me quedo con ganas.
"...mi soledad va a ser mas difícil, y mis geranios mas pobres y mi frío mas frío..."
Pero es cálido el sitio donde podemos ser nosotros mismos, sin fingir. Siete dias, siete años... hay una teoría con ese número.
A veces buscamos un ideal y lo inventamos y sabemos que no es. Si hay que pasarlo mal prefiero apurar el trago de una vez con la ilusión de que pasará pronto pero duele mucho despertar.
Y por más que pongamos barreras, si nuestro corazón sabe soñar, tarde o temprano lo volverá a hacer.

Mon -

hola llaeza, te doy la bienvenida!
gracias a vos tus palabras, y gracias a gabriela por enviar el fragmento.
Y QUE SE VIENE OTRO... Y DE LORCA, que me ha hecho temblar...
un beso.

Llaeza -

Es un libro precioso, Los árboles mueren de pie... y la sirena varada, y la dama del alba (homenaje a mi tierra) y tantos otros... :* Gracias por compartir el frgamento

Mon -

hola nuncaestás (es más corto que sigue la buskeda):
:O
esta vez no me leíste a mí si no a Casona, pequeña diferencia ;)
no vayas a convertirte en un mauricio para tu isabel, eh?
besos!

Mon -

hola bruji!!
no, yo tampoco recomiendo ninguna clase de disfraz, ninguna máscara, ningún traje que no sea el tuyo.

a veces sirven y hasta son una buena armadura para enfrentar cierta clase de situaciones.

pero en los afectos no, no sirven.

esa frase que se te clavó, me la he dicho mil veces.
pero aún, en ocasiones, sigo soñando,
y cuando despierto me siento una estúpida.
a nadie le gusta sentirse estúpida/o.

siiiiiiiii te estás convirtiendo en una bruha optimista!!! ¿qué poción te ha dado a beber tu última víctima?
yo quiero calderos!!!!
jaaaa
besotes bruixeta.

Sigue la Buskeda -

siempre asi :0 cuando te leo
Un saludo

Mon -

Gaby:
para quien no conoce la obra completa, el contexto se adivina claramente; porque escogiste el fragmento indicado.

¿quién no ha tenido un mauricio en su vida?
¿o toda una colección de mauricios?: altos/morenos/canosos/regordetes/zurdos/zurdos de ambas manos (como decía casona), etcs...

yo no leo teatro, digamos que cierro los ojos y lo escucho.
mi marido ha hecho teatro independiente durante veinte años, y como él es... "así"... a veces estamos comiendo, y de pronto se convierte en algún personaje que nunca es casual.

y sí, despertar es el verbo.
despertando.

besos.

Bruixeta -

"y no kiero volver a soñar nunca por no tener k despertar otra vez", uff, se me ha clavado como puñal esa frase...tantas veces repetida que incluso, a tu pesar, a veces te crea un disfraz de frialdad que no es tuyo, pues a la vez que te protege, te daña...así k no se lo recomiendo a nadie...soñar es uno de los mayores dones que nos han dado, y no se debería renunciar a ellos jamás...
Lo sé, últimamente peco de optimista...pero Mon, la siniestra sigue ahí, no creas. Muaka!!!!!!

Gabriela -

Puro placer, en serio.
Yo no se que efectos tiene el fragmento así, despegado del comienzo-fin. El asunto es que conocí un Mauricio una vez, y cuando descubrí la obra me sentí tan identificada que daban ganas de llorar...Leer teatro me fascina, los dialogos se me hacen carne y me arden.
"(...) y todo mio: mi pobreza, mi frío, mis geranios"

Despertar es el verbo.
Y después saber reir, eso aprendí.

Mon -

Tú puedes hacerlo poco a poco, con el alma en los dedos.

me conmovió esa frase, porque la dice una Isabel que tuvo el coraje de quitarse, ella misma, la venda que pide no le sea arrancada a su primer ilusionista: retirada, poco a poco, para que duela menos... con el alma en los dedos.
el ilusionista -cualquier ilusionista- cree que puede hacerlo todo (el domador de milagros); pero los ilusionistas no tienen el alma en los dedos.
ya no es una isabel ilusa.
es una isabel ilusionada con un despertar real, entre sus únicas verdades -que por ser verdades- nunca serán pobres.

ay gaby, no me canso de leerlo
gracias!