Días mas. Más días.
¿Saben? Nunca lo hubiera imaginado, pero mi cabaña se convirtió en la atracción turística de Villa Elena. Los veo llegar. A pie, en auto, a caballo, solos, en pareja; a veces arrastrando penosamente sus humanidades, transpirados, boquiabiertos y cansados.
Algunos piden permiso para entrar.
A mí no me gusta.
-Disculpe, ¿quién es el arquitecto?
-No hay arquitecto, la diseñé yo.
-La felicito, es muy hermosa.
-Gracias.
-Además el lugar ahhh qué lugar ¿y cuánto vale un terreno acá?
-Carísssimo.
Lo último que quisiera es tener vecinos. Yo pagué por silencio. Yo pagué para vagar a solas con mi perra. El mundo es grande, busquen otro sitio, a mí no me jodan. Yo fui la primera y quiero ser la única. Me pongo caprichosa, odiosa, infantil, egoísta. Me gustaría ser animal para marcar mi territorio, mi único territorio, ése que me estremece cada vez que llego arrastrando penosamente mi humanidad; transpirada, boquiabierta y cansada. Como después del amor. Y más.
**************************
Ayer estábamos el Gringo y yo sentados en la cocina. Él mirándome, yo terminando de pulir unas piezas de yeso.
Llega D.
Cuando lo conocí, tuve una intuición inexplicable, difusa, no traducible. Me resultaba alguien que estaba allí, hablando, mostrando el prólogo de su vida, pero sólo el prólogo.
Si yo intentaba leer su libro, encontraba caracteres desconocidos, espacios en blanco, remates absurdos.
Se sentó con nosotros. No quiso tomar nada. No inventó excusas para justificar el tamborilleo de sus dedos.
Ni el horario insólito de su visita.
Ni los silencios ante los mensajes que dejaba su mujer: ¿dónde estás?
Yo no lo miraba, seguía con mi trabajo, envuelta en polvo blanco; pero lo advertía.
Todo.
También su angustia detrás de las risas.
Tomó una ramita de mora que estaba entre mis pinceles, y una virgen a medio terminar.
-Uy! Se rompió la virgen. Estas ramitas vienen cada vez peor.
Un niño. Era un niño.
O un hombre pidiendo ser mirado. Un dejá eso por un rato, escuchame, preguntá lo que no me atrevo a contarles, vos sabés, vos te das cuenta, hacémelo fácil, preguntá, preguntá, preguntá
Y lo miré.
Y pregunté.
Así, sin vueltas. Ningún rodeo. Como si de verdad supiera lo que intuía. El Gringo, azorado.
-Tengo leucemia. Estoy en las últimas.
De pronto los caracteres de su libro resultaron legibles.
Cuando se fue, dos horas después; quedó el silencio.
Y la ramita de mora.
Que guardé.
Algunos piden permiso para entrar.
A mí no me gusta.
-Disculpe, ¿quién es el arquitecto?
-No hay arquitecto, la diseñé yo.
-La felicito, es muy hermosa.
-Gracias.
-Además el lugar ahhh qué lugar ¿y cuánto vale un terreno acá?
-Carísssimo.
Lo último que quisiera es tener vecinos. Yo pagué por silencio. Yo pagué para vagar a solas con mi perra. El mundo es grande, busquen otro sitio, a mí no me jodan. Yo fui la primera y quiero ser la única. Me pongo caprichosa, odiosa, infantil, egoísta. Me gustaría ser animal para marcar mi territorio, mi único territorio, ése que me estremece cada vez que llego arrastrando penosamente mi humanidad; transpirada, boquiabierta y cansada. Como después del amor. Y más.
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Ayer estábamos el Gringo y yo sentados en la cocina. Él mirándome, yo terminando de pulir unas piezas de yeso.
Llega D.
Cuando lo conocí, tuve una intuición inexplicable, difusa, no traducible. Me resultaba alguien que estaba allí, hablando, mostrando el prólogo de su vida, pero sólo el prólogo.
Si yo intentaba leer su libro, encontraba caracteres desconocidos, espacios en blanco, remates absurdos.
Se sentó con nosotros. No quiso tomar nada. No inventó excusas para justificar el tamborilleo de sus dedos.
Ni el horario insólito de su visita.
Ni los silencios ante los mensajes que dejaba su mujer: ¿dónde estás?
Yo no lo miraba, seguía con mi trabajo, envuelta en polvo blanco; pero lo advertía.
Todo.
También su angustia detrás de las risas.
Tomó una ramita de mora que estaba entre mis pinceles, y una virgen a medio terminar.
-Uy! Se rompió la virgen. Estas ramitas vienen cada vez peor.
Un niño. Era un niño.
O un hombre pidiendo ser mirado. Un dejá eso por un rato, escuchame, preguntá lo que no me atrevo a contarles, vos sabés, vos te das cuenta, hacémelo fácil, preguntá, preguntá, preguntá
Y lo miré.
Y pregunté.
Así, sin vueltas. Ningún rodeo. Como si de verdad supiera lo que intuía. El Gringo, azorado.
-Tengo leucemia. Estoy en las últimas.
De pronto los caracteres de su libro resultaron legibles.
Cuando se fue, dos horas después; quedó el silencio.
Y la ramita de mora.
Que guardé.
33 comentarios
Mon **de regreso** -
gracias a vos por tus palabras...
y lindo nik
;)
un beso.
Mon (sigo) -
la fluorita más grande es imposible de levantar.
durante dos años estuve yendo a un pueblito a comprar fluoritas.
yo la miraba... y la miraba... pero nunca podía llevármela porque siempre iba sola.
no tenía quien la cargara hasta el auto.
cada vez que llegaba al lugar pensaba "seguro que alguien se la llevó".
..... pero nadie se la llevaba.
hace poco me decidí.
y la cargué solita hasta el auto.
no me preguntes cómo.
por supuesto, no pude bajarla sola.
pero ya era mía.
;)
Mon **de regreso** -
sí que son bellas, no?
me encanta saber que te produjeron ese arrebato de tocarlas.
para eso están.
la fluorita es una piedra muy evolucionada, ya viste sus colores.
estoy en BA unos pocos días (eso espero).
besos!!
Piel -
Cariñoso saludo
NADA -
También he visto que estás en B.A. Feliz regreso..!!
Besitos :))
Mon **de regreso** -
gustal fluolita?
sel piedla favolita de kachucha-i
la mas glande no podel levantalse, pesal como montaña
¿tu quelel enamolal o matal?
ohhhhhhh
Odalys -
Besitos :)
Decil Lalita que esa piedlas sel mágicas y selvil pala enamolal; facilito cuando se las tilas pol la cabezota al que te gusta :)))
Mon **de regreso** -
gracias linda, solo hice lo que sentí.
besos dorados para vos
Mon **de regreso** -
¿una fiera peligrosa?
¿YO???
apenas una tierna, dulce e indefensa gatita que ni uñas tiene pobrecita, que ni siquiera maulla para no molestar y pasar desapercibida...
sniffffff
tesolo yo extlañal a tonto bal
pelo ya estal de legleso.
no sé que es titán, y los muñecos de nieve me deprimen.
besos mi faro
Mon **de regreso** -
bueno, hay que tratar de enocntrar un equilibrio: ni un mundo de silencios, ni palabras dichas en forma indiscriminada.
hay gente que te derrumba, y gente que te sostiene.
los pactos de silencio -con uno mismo- no son sanos, no ayudan, hunden.
¿a qué se parece mi morada?
mhmmm ya voy a contarlo
;))
besitos.
Mon **de regreso** -
por allí va todo muy bien
acabo de llegar a BA.
suerte con tus exámenes y un beso enorme.
Hada -
besos dorados
nemomemini -
Respecto a lo de D., creo que buscó la mejor manera para echar fuera lo que de otra forma no hubiese podido hacer. Y él sabía que tú le ayudarías.
Muchos besos, mi tesoro :) ¿Te vienes a hacer muñecos de nieve en Titán?
GreGori -
Besitos sucintos, hoy.
(Tengo ganas de saber a qué se parece tu morada!)
Besitos curiosos, ahora.
Sergio -
Mon -
lo decís muy bien: "quitarle el fuego y el hierro que sobra".
la gente de por aquí, es bastante especial.
creo que entre ellos no lo notan, pero yo, que vengo de "afuera", lo veo claramente: andan con el corazón en la mano.
no todos, claro.
hablo de la gente que tengo cerca.
la otra gente, por sana que esté, no me interesa.
quiero decirte que yo, no le presto mi corazón a cualquiera.
un besito.
Mon -
yo no sé que le hizo pensar que tenía que ser yo.
apenas me conoce.
creo que así como intuí su enfermedad, él intuyó que podía hablar conmigo.
... esas conexiones que nunca son casuales, que por lo visto llevan tiempo -encontrar a ese "quien"-
pero bueno... no creo "ser uno de esos seres", más bien creo en la existencia de un orden superior, que nos acerca.
yo también te quiero.
Mon -
sí.
habló, lloró, y después nos reímos como locos.
tiene una fortaleza espiritual envidiable.
pero yo quedé destruída.
porque fue su enfermedad (que no tiene tratamiento), y fue todo:
cómo vivir lo que le resta, que me haya preguntado, que me haya escuchado, yo diciéndole a alguien cómo vivir...
dios, fue mucho.
un beso, y gracias.
Mon -
tanto tiempo!
a mí también me gusta que las palabras encuentren un lugar en el cuerpo.
besos serranos ;)
Mon -
el gringo me decía que ellas notaban el alambrado, pero que igual entrarían a comer.
las dejé un rato y después las espanté.
está en su naturaleza.
creo que el poema habla de eso.
bueno, parece que mi casa invita a pasar -aún a las vacas-.
D. no es mi amigo, es amigo del gringo.
pero los hombres son un tanto ciegos o se hacen los boludos.
yo no puedo hacerme la distraída.
muchos besos linda.
Mon -
¿qué te hace pensar que la estatua y D. sean la misma persona?
no es que te hayas salteado un capítulo, no lo conocés, nunca hablé de él.
besos luninosos ;)
joan -
muralla -
Me alegro de que seas uno de esos seres y por eso te quiero.
Besos. Muralla
NADA -
Besos para los dos
Kika -
Aprovecho también para ponerme al tanto.
Saludos playeros-
Odalys -
"el hombre por no atreverse / se atreve a cosas tremendas
a veces lo hace a sabiendas /y sin saberlo otras veces
y de puro acostumbrado /camina sin saber donde
y casi siempre responde /al primer grito de alarma
la vaca que entra a la huerta /sabe que no /pero come."
Se camina y aunque en la puerta diga "No pase, fuera de aquí, no visitas..." el corazón lee de forma diferente y hay sitios que invitan a pasar y otros donde buscando lo contrario, provocan rechazo, ganas de echar a correr, de no volver nunca. Lo siento así.
Deseo mucho que tu amigo "D" mejore pero sobre todo que se sienta bien de ánimo. Hablar, libera. No es echar la carga a otros, sino que al ponerla en palabras, ya no se siente tan grande, como si perdiera la importancia funesta que le damos cuando somos los únicos poseedores de esa "verdad".
También creo que a veces uno no inicia charlas por miedo, anoche me pasó y el anciano con quien me crucé, gracias a Dios terminó hablando con alguien, pero me quedé con la sensación de que debía haber iniciado yo algún tema. El estaba bien, sólo tenía ganas de hablar, había mucho frío y me privé de ese calor humano.
Qué bueno para ambos que tu amigo te contara y que algo dentro de tí te lanzara a abrirle la puerta; creo que es lo más lindo de este post. Por más que uno se encierre en su propio mundo, hay un momento en que se le sale lo que tiene dentro. Muchos besos.
Alex -
Mon -
yo no soy especial.
la gente que no pregunta lo hace porque le tiene miedo a las respuestas.
la gente que no pregunta lo hace por egoísmo, para que nada de afuera perturbe su fragil equilibrio.
lo sé,
me pasa.
yo me sentí agradecida a medida que él hablaba.
y lo que no abundan, son los hombres como él.
después del gringo, es la persona más generosa que conozco.
me alegra mucho que estés aquí otra vez ;)
Mon -
que bueno sería si todos pudiéramos decir lo que tenemos para decir.
tantas cosas resultarían más comprensibles...
un beso grande.
Mon -
yo puedo comprender esa sensación de ser ahogada por las palabras.
no hace demasiado tiempo que decido hablar.
siento que D me buscó para poder decirlo.
después de siete años de silencio.
es un gran hombre, además.
un beso.
Moonsa -
Un abrazo a D, y como dice Magda , que bueno que lo dijera. Las personas como tu Mon, que saben preguntar cuando alguien necesita ser preguntado, y sin herir, no abundan. Y a veces eso hace MUCHA FALTA. Bueno estoy aquí otra vez :****
Magda -
Un besito.
Odalys -
Muchos besos, un abrazo a "D" y uno fuerte para tí.