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VOLVERSE HUMANO

drops

Drops.

Ando por mi casa, vacía.
El Gringo se enfermó (oh casualidad), el día de mi mudanza.
No hubo mudanza.
Hay antibióticos.
Pero voy a la cabaña por las tardes.
Me acuesto allí donde habrá sillones y no camas. Me siento donde habrá camas y no sillones.
Fumo en la escalera. Escucho música en su recodo.
Y me resguardo de la lluvia bajo el techo de caña. Plin, plin, plin. Me mojo toda.
Cuando regreso, él me espera con la comida.
Cuando despierto, él me espera con el café.
Me parece que no quiere que me vaya.

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El lunes regreso a BA. Y yo que detesto los parques de diversiones.

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Me quedo diez días. Ya lo programé: diez días en la cama. Quiero dormir, dormir, dormir.
Dormir.

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Además de dormir, tengo que completar una lista. Mi lista se llama: “Yo quiero”.

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Hoy me puse a pensar: ¿qué pasará con mis piedras si muriera?
¿Quién las querrá?

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siempre dije que te vi dorado
resplandor
maduro
hombre/espalda
que beso hasta dormirme
asida a tus alas
no sea que te atrevas
a volar esta noche

y me olvides.


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-te amo.

-yo también.

-¿vos también te amás?

Informe de situación.

Hola!!!
Gracias por todos los mensajitos que dejaron en el post anterior. Me hubiera encantado contestarles a cada uno de ustedes, es lo menos que merecen; pero juro y recontrajuro sobre los santos evangelios de San Barandán que no tengo nada de tiempo.
Por lo tanto, no voy a postear hasta que me acomode un poco. Tampoco puedo pasar por sus blogs (sí, échenme nomás, táchenme de sus listas, me lo merezco).
Pero trato de contestar sus mails. Recién acabo de ponerme al día. Mil perdones por la demora, pero jamás dejaría de responderles, aunque llegue tarde.
Sé que hay respuestas que cuando llegan tarde no sirven.
En realidad, nada que llegue tarde, sirve.
Aunque dicen que más vale tarde que nunca.

Bueno, que estoy bien y los quiero.
Se me cuidan como mas les guste.

Besos con purpurina.

Viaje. O sea, me voy.

Viaje. O sea, me voy. Hola a todos.
Solo decirles que el veranito llega para mí, y con el veranito mis vacaciones / mudanza / trabajo.
Salgo mañana temprano a Merlo, pasaré las fiestas con mi familia “de allá”, y probablemente me quede hasta febrero.
Espero inaugurar mi cabaña, espero… espero muchas cosas. Y ando rogando para que esa Presencia Divina, de la que a veces hablamos, me acompañe, no me deje, me de fuerzas, mantenga abierto mi corazón -es allí por donde vivo o no vivo-, y que se realice mi sueño de la noche del 31.
Si se realiza, ya les contaré.

No voy a desearles Feliz Navidad ni Feliz Año Nuevo. Les deseo que se conformen con apresar momentos de felicidad, y duren lo que duren, sientan su sabor. "No den abrazos fingidos. Ni besos sin calor".
No hagan estúpidos balances -como los míos- porque nada comienza y nada termina.

Los quiero mucho, pero mucho.
Y ya los visitaré, cuando pueda, desde el cyber.

Hasta la vuelta.

Drops.

Acabo de encender otra vela.
No me gusta la oscuridad que toma por asalto.
La tormenta es tremenda y esa lámpara ilumina con la intensidad de un fósforo.
Me queda la música –Miles Davis-, un billete de dos pesos sobre el que está escrita una oración a la Difunta Correa –no lo gastaré- y este insomnio que no deseo convertir en otra cosa.
Dos piedras me hacen compañía.
También mi perra.
No me atrevería a decir que nadie más.

Esta habitación está llena de presencias...

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¿Estuviste conmigo mientras dormía?
Podría jurar que eran tus manos.
Aunque no sé.
Tal vez,
tanto calor…
Y vos un espejismo.

Dropper.

Me siento estúpidamente infeliz.
Antes me sentía estúpidamente feliz. Era igual de estúpida, pero andaba contenta.

Odio esta sensación de espera. Lo peor, es que ignoro a quien espero. La lista es larga.

Tengan cuidado. Circulen con precaución. Mujer resbaladiza.