Estoy indignada, ardo de furia ovárica.
Acabo de descubrir que mi marido es un cavernícola disfrazado de hippie viejo. No, no hablo de mi ex. Luego de mi ex ya no quedan espacios para legalidades -hipócritas- en mi vida. Hablo del Gringo, que después de dos años se merece algún título.
Marido.
Hippie viejo no es un título: es lo que acabo de gritarle por teléfono.
Ja! Tuvimos nuestra primera discusión por N. -la hija que compartimos-.
La cosa es que desde que volví a Buenos Aires la niña se ha quedado sola.
Tiene 18 años. Es bella, mística, pura. Y artista. Quiero decir, tiene arte. Un arte endiablado.
¿Qué hizo la muy tonta?
Llamó a su padre -que ya saben, está viviendo a 150 kms.- para contarle, llorando, que se había quedado dormida con un amigo.
Creo que también había una amiga en danza.
Ahhh
esas amigas.
N. y S. tuvieron una historia de amor, allá lejos y hace poco. Y quedan resquicios, aunque ella me lo niegue porque ahora tiene nuevo novio, F. -que vive en Buenos Aires-.
Ahhh
esas distancias.
-¿Pero pasó algo? Pregunta estúpida mía.
-Ella dice que no.
-¿Y entonces?
-Pero yo no le inculqué esas cosas!!! si hay algo que me pone loco es la infidelidad!!!
-¿Cuál? Pregunta
no tan estúpida mía.
Me salió espuma por la boca cuando escuché: si no se lo cuenta ella (a F.), se lo cuento yo.
-Antes de abrir la boca te ahorco.
-Y vos también tenés que ver, con esos discursos tuyos!!!
-Bah, ¿qué culpa tengo yo de lo que haga tu hija?
-No mi amor, no nos peleemos, perdoname.
-No chiquito, ahora me vas a escuchar, ¿y qué tal cuando felicitás a mi hijo porque se cogió a N. F.? (tilinga y popular modelo), o cuando lo alentás con las mellicitas de G. (tilingas por partida doble que muestran el culo por la tele
) Claro, en ustedes es un chiste, ya no es cuantas veces la pongo, sino en qué concha la pongo
y vos torturás a tu hija porque durmió con S. ¿con qué derecho?
-No sé no sé
esta noche se iba a dormir a casa de su madre.
-¿Para qué? ¿para no querer asumir su deseo?
-¿Qué deseo?
-El deseo de que un hombre la abrace, la bese, la acaricie. Claro, no era F. -y eso es lo que te jode-. Pero sabelo, una mujer extraña. ¿O vos pensás que F. está en Buenos Aires haciendo votos de castidad?
-Ah, no sé.
-¿Que? ¿me estás cargando? ¿qué tal si lo siento a F. delante de tu hija y le digo: dale, desembuchá. Contá con cuantas. Espero que a tu hija no se le ocurra la estúpida idea de hablar
lo que pasó es un hecho íntimo, de ella para con ella. No tiene que confesarse con nadie. Y lo que me parece más terrible, es que haya convertido una situación consentida y seguramente añorada, en un pecado digno de María Magdalena. No me gusta que la críes con culpas. Me hacés acordar a mi viejo. ¿No ves que te llamó para ser castigada? Si te conoce, pobrecita
-Bueno, ¿qué vas a cenar?
-No cambies de tema!!! Yo, rugiendo.
-Jajaja
-No te rías!!! No voy a consentir el doble discurso de la igualdad de derechos, cuando no existe!!!
-No podés decirme que está bien que tres personas duerman juntas.
-Yo dormí con seis (ahhhhhhh que placer dionisíaco decirlo !!!).
Silencio.
-Buah, no sé.
-No sé, no! No voy a permitir que dudes de mis palabras. Yo-dormí-con-seis-en-la-misma-cama-y-varias-veces. Era una cama grande.
-¿Y me vas a decir que no pasó nada???
-Nada.
Silencio.
-Bueno, ¿qué vas a cenar?
-
Huevos revueltos.
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